Muchas personas no saben cómo lidiar con condiciones paralizantes, como: la ansiedad, el estrés, la depresión y los ataques de pánico. La vida de quien padece estos problemas llega ser una pintura en blanco y negro, donde el tiempo transcurre, pero no pasa nada. Es debilitante, molesto y muy triste sufrir de problemas emocionales tan fuertes, sin embargo, la búsqueda e intervención de un profesional de la salud mental podrá ayudarte a manejar y superar esta situación.
Hoy hablamos de Depresión, muchas veces confundimos la depresión con tristeza y usamos a la ligera términos como “estoy deprimido” “me siento depresivo”, cuando lo que estamos experimentando es una emoción como la tristeza, este es solo un ejemplo de la desinformación acerca de este padecimiento.
Depresión implica una alteración a nuestro estado de ánimo, describiendo incapacidad para sentirse bien y disfrutar del entorno, se experimentan sentimientos de infelicidad, abatimiento, ira, desesperación, negatividad, sensación de malestar, irritabilidad y afección en otras áreas de nuestra vida, ejemplo de ello es la falta de apetito o aumento del mismo, pocos deseos de realizar actividades y desregulación del ciclo de sueño/vigilia, ya sea por insomnios recurrentes o exceso de deseos de dormir, pensamientos e ideación suicida, entre otros, toda esta sintomatología afecta nuestro desenvolvimiento y relaciones sociales, familiares, de pareja, educativas y laborales.
El impacto de la depresión puede ser muy caótico cuando asumimos que es solo un estado pasajero y no acudimos al especialista de la salud mental, por otro lado, es importante reconocer que la depresión puede presentarse a cualquier edad, sobresaliendo entre los 15 y 45 años, pero tanto niños como adolescentes y adultos sin distinción de sexo, estatus social o económico pueden presentar tal trastorno.
El origen de la depresión es multifactorial. En su aparición influyen factores biológicos, genéticos y psicosociales, entre los causales psicosociales tenemos: divorcios, enfermedades crónicas, duelos no resueltos por pérdida de un familiar, amigo, un trabajo e incluso problemas de adaptación tras mudarnos de casa, ciudad o escuela.
No tratar tu depresión puede desencadenar en incidentes aún más negativos y que te sumirán en un ciclo doloroso, ejemplo de ellos puede ser la perdida de tu trabajo, perdida de estudios, alargamiento de metas, ideación y pensamientos suicidad y aun peor terminar con tu vida.
Por todo lo descrito recuerda trabajar en ti mismo, ganar cada vez más herramientas que te ayuden a sentirte mejor contigo mismo y con quienes te rodean, haz ejercicio, practica deportes, come saludable, elije conscientemente tu círculo social y aléjate de lo que te hace daño o inhibe como persona y sobre todo busca el acompañamiento de un profesional de la salud mental, no hay salud sin salud mental.
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